En solidaridad con los niños y jóvenes que han sido víctimas indirectas en los conflictos armados, tomamos este día como una reflexión de que los conflictos bélicos constituyen la más agresiva violación de los derechos fundamentales de los niños: derecho a la vida, derecho a tener una familia, derecho a la salud y la educación, derecho a una infancia protegida y feliz, así como al libre desarrollo de su personalidad.
Como parte de nuestra misión de solidaridad y empatía con quienes han sufrido dolor e injusticia reconocemos la urgente necesidad de construir una cultura de paz.